Cuando se colocan las cartas del Tarot sobre la mesa, algunos sonríen con ironía, otros quedan inmóviles. Para algunos es una forma arcaica de autoengaño, para otros, una fuente de sabiduría, navegación simbólica, insight subconsciente. Pero ¿por qué, en la era de la IA y el big data, cada vez más empresarios y altos ejecutivos recurren a videntes, chamanes y tarotistas? La respuesta quizás no esté en lo místico, sino en un lenguaje que ayuda a pensar. Vamos a analizarlo. ¿QUÉ SON REALMENTE LAS CARTAS DEL TAROT? Las cartas del Tarot son 78 imágenes arquetípicas, divididas en Arcanos Mayores y Menores. Se han formado a lo largo de siglos y reflejan patrones profundos de la psique humana: el viaje del héroe, la lucha contra el caos interno, transiciones, elecciones, destrucción y renovación. No es magia, sino un lenguaje simbólico. Se puede trabajar con el tarot como una herramienta metafórica: cada carta es un espejo. No predice el futuro, sino que activa asociaciones. Proyectamos nuestros significados en la carta, como en una nube en el cielo. Para los negocios esto significa una cosa: a través de los símbolos se puede acceder a partes del pensamiento que normalmente callan: intuición, percepción corporal, conocimiento no racional. ¿POR QUÉ LOS EMPRESARIOS SE SIENTEN ATRAÍDOS POR LO MÍSTICO? Hay varias razones: 1. Cansancio de la racionalidad. Cuanto más análisis, más difícil es tomar decisiones. Paradoja: la información desarma. La gente busca canales alternativos para sentir la verdad. 2. Limitaciones del pensamiento lineal. Cuando se trata de decisiones sin respuesta correcta —cambiar de nicho, encontrar un cofundador, escalar o cerrar— el cerebro no ofrece garantías. Las prácticas simbólicas crean un espacio para el diálogo con el inconsciente. 3. Búsqueda de apoyo interno. Los emprendedores a menudo están solos. Las cartas del Tarot son una oportunidad para escucharse a uno mismo, pero de forma velada y figurativa. 4. Creencia en el "timing" y los flujos. Muchos empresarios sienten que hay momentos "afortunados", decisiones "por sensaciones", lógica de flujo. Estas son coordenadas irracionales pero significativas. El Tarot ofrece describirlas. EL TAROT COMO HERRAMIENTA DE NEGOCIO Paradójicamente, el Tarot puede ser una poderosa herramienta de pensamiento estratégico. No como oráculo, sino como forma de encuadre y deconstrucción. Así se puede utilizar: 1. Sesión estratégica En lugar de interminables "análisis DAFO", colocas 3 cartas: - El punto donde estás - La fuerza que te obstaculiza - La oportunidad que no ves No preguntas "qué hacer", sino que observas qué imágenes se activan. Por ejemplo, si en la posición de obstáculo aparece La Torre, puede sugerir que la destrucción del viejo modelo es inevitable. Si en la posición de recurso está El Loco, puede significar que vale la pena arriesgarse, quitarse la máscara de experto y empezar de cero. 2. Diálogo con el equipo Cada miembro del equipo saca una carta sobre la pregunta: "¿Qué estoy aportando ahora al proyecto?" Las imágenes inician meta-conversaciones. Es una forma segura de hablar de sentimientos complejos: no "criticas" a la persona, discutes el Arcano. 3. Trabajo con el segmento de clientes Los especialistas en marketing utilizan arquetipos —Héroe, Mago, Amante— para construir la marca. El Tarot es el mismo modelo. Se pueden sacar cartas para la "persona" del cliente y obtener hipótesis inesperadas sobre su dolor y motivación. ¿ES ESTO UN ENGAÑO? Depende de quién y cómo lo use. Si acudes a una "bruja" esperando que te diga si comprar una franquicia o divorciarte, es una evasión de responsabilidad. Pero si usas el Tarot como herramienta de pensamiento simbólico, como coaching metafórico, puede ser profundamente preciso. En realidad, el Tarot está más cerca del coaching que de la magia. Las cartas son anclas para el diálogo. Ayudan a ir más allá de lo racional, pero no sustituyen la elección. ¿SE PUEDE IMPLEMENTAR ESTO SERIAMENTE? Muchas empresas en EE.UU. y Europa ya integran herramientas metafóricas en su trabajo: - En incubadoras de startups se practican "mapas de arquetipos" como parte de la identidad del fundador. - En sesiones estratégicas se utiliza la visualización asociativa. - El pensamiento de diseño incluye prácticas de "wild cards" —insights repentinos a través del azar. Las cartas del Tarot no son misticismo, sino el lenguaje del inconsciente. Y en un mundo donde la estrategia se convierte cada vez más en una cuestión de intuición, no de cálculo, la capacidad de hablar con este nivel es una habilidad, no una superstición. EXPERIMENTO PERSONAL En diciembre realicé una sesión con un tarotista, sin hablarle de mi negocio. Solo hice una pregunta: "¿Qué no estoy viendo que impide que mi proyecto alcance un nuevo nivel?" La respuesta fue el Siete de Espadas. Comentario: "Actúas como si necesitaras esconderte. Hay algo no dicho internamente. Quizás no has expresado al mundo lo que realmente quieres." Esto coincidió con mi conflicto interno: el proyecto se vendió como análisis de IA, pero en realidad estaba construyendo una plataforma para el pensamiento estratégico. Desde entonces cambié el posicionamiento. No porque "la carta lo dijera", sino porque me escuché a mí mismo a través de ella. CONCLUSIÓN Las cartas del Tarot no son una manera de conocer el futuro. Son una forma de escuchar el presente. Si estás dispuesto a percibir las imágenes como el lenguaje del inconsciente, puedes descubrir insights profundos que no aparecerán en Excel. El Tarot no es magia. Es un formato de diálogo. La cuestión es con quién estás hablando —con un charlatán o contigo mismo. En una época de incertidumbre, cuando las decisiones no se toman por fórmulas sino por resonancia interna, cualquier herramienta que ayude a escuchar más profundamente no es un lujo. Es una competencia.